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Hace unos días publiqué un post donde trataba el trastorno de compra compulsiva.
En esta ocasión profundizaré sobre el “Efecto Diderot”.
¿Te ha pasado alguna vez que vas a comprarte un bolso y acabas llevándote también un vestido, unos zapatos y un collar?
¿O vas a comprar un portátil y acabas comprándote el ratón, los altavoces y una alfombrita nueva para el ratón?
¿A qué te suena?
Pues te hablaré de Denis Diderot.
¿Quién es Denis Diderot?
Denis Diderot era un enciclopedista y escritor francés del siglo XVIII.
Pero en este post no me centraré en su pensamiento filosófico, sino cómo su vida transcurría con gran austeridad y prudencia hasta que se vio perturbada al aceptar un regalo, una bata nueva.
¿Y qué crees que pasó?
La bata era tan lujosa que Diderot empezó a mirar a su alrededor y se dijo…tendré que cambiar el humilde sillón en el que trabajo, la mesa, el reloj y el sofá…
Entró en una espiral de compras y acabó arruinado, hasta arriba de deudas y viviendo en un palacio decorado de modo muy diferente a lo que era su forma de ser inicial.
Así que en su obra “Arrepentimientos al despedirme de mi viejo albornoz”, cuenta la historia de cómo una inocente bata le llevó a la ruina.
El filósofo cuenta como al principio estaba encantado con su bata, pero poco a poco empezó a darse cuenta de que el resto de objetos eran poco elegantes y no “hacían juego” con su elegante bata carmesí. Ahora estaba todo en discordia “no combinaba” …buscaba la “uniformidad en la decoración”. Lo que le rodeaba no estaba a la altura de su nueva y flamante bata.
¿A qué te sientes identificado con Diderot?

El efecto Diderot
Será Grant McCracken quien acuñará el término “Efecto Diderot”.
Grant McCracken argumentaba que las cosas que compramos reflejan nuestra identidad y el lugar que ocupamos en la sociedad.
¿Te has fijado que en la publicidad los productos vienen en “paquete”? En el escaparate vemos un bolso junto con el vestido, los zapatos y las gafas de sol.
Sin darnos cuenta, relacionamos unos objetos con otros y los agrupamos.
Te han ascendido en el trabajo y has decidido cambiar de coche…pero de pronto te das cuenta que tus zapatos, tu traje, hasta tu piso no encajan… ¡Tienes que mudarte a un barrio más “elegante”! Exagerado, ¿verdad?
En resumen, compramos cosas que no necesitamos, con dinero que no tenemos para impresionar a otros.
Entramos en esa espiral de deseo por adquirir ese algo más, que supuestamente nos da armonía y equilibrio pero que luego nuevamente ese objeto genera la necesidad de comprar algo nuevo, algo más. Son las compras que inducen a más compras.
En palabras del filósofo Diderot:
Yo era el dueño absoluto de mi bata vieja, pero me había convertido en esclavo de la nueva
Diderot
¿Se puede evitar el “Efecto Diderot”?
Sí, si lo quieres, pones de tu parte y voluntad.
a) Identifica y admite que estás viviendo el EFECTO DIDEROT. Si reconoces que estás realizando compras innecesarias es el primer paso para empezar a actuar con responsabilidad.
b) Reduce la exposición a las “tentaciones” intenta no acercarte a centros comerciales, no entrar a determinadas páginas de internet… busca una red de personas que te apoyen y cuando notes que estás a punto de caer, llámalos y cuéntales qué te pasa.
c) Pon un límite a tu tarjeta de crédito.
d) Prueba a vivir con un estilo minimalista. El minimalismo evita acumular cosas (¡Además no se acumula el polvo!).
e) Imagínate que se te han roto las sillas del comedor…intenta que lo que compres se parezca a lo que ya tienes, porque si son distintas…acabarás por cambiarlo todo…para alcanzar esa “uniformidad”.
Si quieres cambiarlas completamente porque estás harto-a de llevar una vida con el mismo estilo de sillas, no hay problema…basta que sea una decisión meditada y no impulsada por el “Efecto Diderot”.
f) ¿Y no crees que es mejor empezar a acumular “experiencias en lugar de acumular objetos”?
Diderot decía:
Deja que mi ejemplo te enseñe una lección. La pobreza tiene sus libertades, la opulencia tiene sus obstáculos.
Diderot
¿Debo evitar el efecto Diderot?
¿Si tengo suficiente dinero por qué me debo privar?
Aspirar a una buena casa, unas vacaciones, es lícito ¡Claro que sí!
Pero…
Párate a reflexionar si deseas apoyar tu felicidad y bienestar en cosas materiales, en objetos.
Tarde o temprano todos en algún momento caeremos o hemos caído en el efecto Diderot.
Ahora que conocemos la asombrosa historia de Diderot, quizás podemos evitar caer en un endeudamiento innecesario comprando cosas que no necesitamos, gastando más de lo pensado y de lo que tenemos.
Pensando por nosotros mismos y no dejándonos llevar por un consumismo muy estudiado.