Hace unos días escribí un post sobre las características que comparten las personas que se comportan de modo altruista. En este post os quiero hablar sobre el “efecto espectador”.
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El efecto espectador
Sucedió en Nueva York, año 1964. Kitty Genovese era una joven de 29 años que volvía del trabajo a las 3 de la madrugada. Aparcó a uno 30 metros cerca de su casa y se dirigió hacía su apartamento situado en el barrio de Queens. Repentinamente, un hombre que la había seguido la asaltó apuñalándola por la espalda hasta en dos ocasiones. Este hombre era Wintson Moseley.
Kytty gritó y gritó hasta que logró atraer la atención de los vecinos. Las ventanas empezaron a iluminarse. Al parecer un vecino gritó “déjala en paz”. En ese momento, Moseley abandonó la escena y a la muchacha herida.
Pero aquí no termina todo, pasados 10 minutos apenas vio que las luces se apagaban, el asesino volvió, la apuñaló nuevamente hasta la muerte, la violó y le robó. Todo sucedió en un tiempo de 30-40 minutos.
¿Cómo fue posible esto? ¿Por qué nadie fue a ver lo que le ocurría a Kitty Genovese después de la primera agresión?
Los días posteriores, los periódicos escribieron que 38 personas pudieron haber presenciado lo ocurrido.
Más tarde, se dijo que había evidencias de que el número de testigos era mucho menor, de que sí hubo algún vecino que llamó a la policía, de que algunos testigos no vieron bien la escena y pensaron que se trataba de una discusión de pareja o entre borrachos.
Sea como sea, lo cierto es que Kitty murió esa noche.
Desde entonces, el caso de Kitty Genovese es puesto como ejemplo, año tras año, a los estudiantes de psicología social para explicar el “efecto espectador” o el “síndrome Genovese” (también llamado bystander effect).
Lanzo nuevamente las preguntas
¿CÓMO FUE POSIBLE ESTO? ¿Por qué no ayudaron a Kitty Genovese tras escuchar sus primeros gritos?
¿Por qué todavía hoy, hay tantos casos como el de Kitty Genovese a pesar de los años transcurridos?
El asunto conmocionó enormemente a la sociedad neoyorquina e interesó particularmente a dos psicólogos sociales, John Darley y Bibb Latane, que se preocuparon por estudiar el fenómeno.
Estos psicólogos relacionaron el efecto del espectador con la responsabilidad, por eso también recibe el nombre de “efecto difusión de la responsabilidad”.
Os dejo aquí el enlace del experimento de Darley y Latane: Bystander Intervention in Emergencies: Diffusion of Responsibility
En el experimento de Darley y Latane intervinieron varios estudiantes, los cuales fueron aislados en habitaciones diferentes mientras conversaban unos con otros a través de un micrófono y un altavoz.
En un momento determinado, uno de los interlocutores simulaba sufrir un ataque de epilepsia.
Lo que se pretendía descubrir con este experimento, era saber cómo reaccionarían los otros estudiantes al escuchar que uno de ellos estaba sufriendo un ataque.
¿Pedirían ayuda? ¿Cuánto tiempo tardarían en pedirla?
Conclusiones que extrajeron del estudio:
Cuando los sujetos creían ser el único espectador de la emergencia tardaban 52 segundos después de iniciarse el ataque en responder y pedir ayuda, lo hizo así un 85% de los participantes en el experimento.
Sin embargo, cuando el grupo era mayor, tan sólo un 31% reaccionaba tratando de buscar ayuda, y tardaban una media de 166 segundos.
Variando de forma sistemática el número de testigos, Darley y Latané pudieron concluir que el número de testigos era un determinante crítico para la intervención:
“Cuando sólo está presente un testigo en una emergencia, toda ayuda debe venir de él. […] Cualquier presión por intervenir se centra únicamente en él. Sin embargo, cuando hay varios observadores se divide entre todos. Esto da como resultado que nadie ayuda.”
¿Por qué ocurre esto?
Algunas explicaciones:
- El grupo hace que se difumine la responsabilidad. Los observadores asumen que hay más personas y se abstienen de hacer algo. Más gente hay observando la responsabilidad individual disminuye pues la persona cree que alguna otra intervendrá. “Ya lo hará otro”.
- Las personas asumen que hay siempre alguien más preparado para ayudar como un médico, un policía, un bombero…
- Las personas monitorean las reacciones de quienes están presentes para determinar si es necesario intervenir o no. Si el resto no hace nada pues la reacción es que intervenir es innecesario. En otras palabras, si el grupo no hace nada yo tampoco.
- Influye la relación del espectador con la víctima. Es más probable ayudar a alguien a quien conocemos. También si esa víctima se “adecua a las normas sociales”, a la percepción que podemos tener de la víctima si “creemos que es o no buena persona” la ayudaremos con más probabilidad.
- El efecto espectador también podría estar relacionado con la relación costo-beneficio antes de involucrarnos en una situación de emergencia. Es decir, qué consecuencias puede traernos la situación (vernos envueltos en una investigación policial, hacernos responsable de la víctima…). Pero también miedo a que nuestra integridad física se vea comprometida.
Otro psicólogo, Stanley Milgram, advirtió que el efecto espectador puede deberse a la sobrecarga de información. La persona recibe tanta cantidad de información en tan poco tiempo que esto hace que se confunda y no sepa cómo actuar.
Pero el efecto espectador no se da solamente en situaciones de emergencias o robos en lugares públicos. Cada vez que presenciamos algún hecho, y a pesar de no estar de acuerdo con él no hacemos nada, por miedo, o por otra causa estamos también ante el efecto espectador.
Actualmente al efecto espectador se le suma la tecnología. No sólo no ayudar y no hacer nada, sino que además hay personas que se paran y graban lo que ocurre, eludiendo la responsabilidad de avisar a la policía.
¿Por qué antes de ayudar a una víctima la gente se pone a grabar con el móvil? ¿A qué se debe? ¿Por qué grabamos en lugar de ayudar? ¿Debemos compartir esas imágenes en redes sociales? ¿Es reprochable y cuestionable esta actitud?
Algunos especialistas creen que el hecho de grabar y compartir en las redes sociales, es visto para las personas que actúan de este modo como una forma de actuación, creen que de este modo ya están cumpliendo.
Otros especialistas también aluden a la disminución de la empatía y la colaboración.
¿Qué harías tú?
Ahora quiero plantearte una situación.
Imagina que tú eres la víctima, te ha ocurrido algo, por suerte estás consciente y necesitas ayuda. Hay mucha gente. Después de leer sabes que es posible que por el “efecto espectador” no te ayuden ¿Qué puedes hacer? Piénsalo.
Si ves que nadie reacciona, acércate específicamente a alguien. Dirígete a una persona en concreto de la multitud en lugar de apelar a la gente en general. En caso de que esta persona no te ayude, pasa a la siguiente, sigue buscando una nueva persona.
¿Y si eres espectador?
Si por el contrario tú eres espectador, ahora que has leído este post, haz algo si ves que el resto de personas no actúan. No te dejes vencer por el efecto espectador y haz algo. Puedes empezar iniciando tú la acción y repartiendo tareas entre las personas que están presentes. En todo caso, avisa siempre a la policía.
Lo importante es que no caigas en el «efecto espectador» y ayudes.

