Emociones humanas
La lista de las emociones humanas es extensa y está repleta de matices, sin embargo, solo conocemos y manejamos apenas algunas de ellas.
Nuestro espectro emocional es tan rico y variado que sobrepasa nuestro vocabulario.
Hay que matizar que no existen emociones buenas y emociones malas ya que todas son necesarias para sobrevivir.
Las emociones son lo que sentimos y todas ellas tienen por tanto una razón, un sentido o propósito.
El mejor modo de gestionar correctamente nuestras emociones tiene que ver con reconocerlas y entenderlas. La mejor manera es aprender a detectarlas, cuándo y cómo nacen en nosotros, en qué situaciones, qué personas las despiertan.
Para la historiadora cultural Tiffany Watt Smith, autora de “El libro de las emociones humanas”, existe la creencia de que las emociones pueden ser reducidas a unas pocas emociones básicas, generalmente alegría, tristeza,rabia, miedo y asco.
Parece ser, que solamente de la combinación de todas estas podemos explicar la gran diversidad de nuestra experiencia emocional, pero no es tan simple.
Tiffany Watt ha recogido en su libro hasta 156 términos para referirse correctamente a las diferentes emociones que sentimos a diario y que no sabemos cómo llamarlas.
Cada día sentimos cientos de emociones y cada una es tan maravillosa y necesaria como las demás.
No nos bastan pocas palabras para expresar nuestros sentimientos, nos sirven muchísimas más.
Si hay una cosa clara que refleja el libro de Tiffany Watt es la influencia de la cultura en la formación de nuestras emociones y los sentimientos humanos.
Cada cultura tiene términos específicos para denominar diferentes emociones.
Las emociones están pues influidas por las fuerzas políticas y culturales que nos rodean, también por el tiempo y el espacio en el que vivimos.
Aquí os dejo algunas de las emociones que aparecen en el libro de Tiffany Watt.
Algunas emociones son:
1. Abhiman evoca el dolor y la rabia cuando quien nos hace daño es una persona a la que amamos, alguien de quien esperamos un trato amable.
2. Gezhelligheid (palabra holandesa) es esa sensación de estar dentro de casa, rodeados de amigos en una noche fría.
3. Awumbuk (palabra de los baining, de Papua Nueva Guinea) es el vacío que nos queda después de que se haya ido un huésped.
4. Cybercondria es la angustia que sentimos al creer tener los síntomas de una determinada enfermedad tras haber realizado una búsqueda en internet.
5. Fago (término de los ifaluk de las Islas Carolinas del Pacífico) es la sensación de no poder hacer nada más por una persona, de tal manera, que nos estremece el corazón. La sensación de que la vida es temporal y frágil que se nos llenan los ojos de lágrimas.
6. Basorexia el ataque repentino de querer besar a alguien.
7. Ringxiety la sensación de sentir que el teléfono suena.
8. Pronoia la extraña sensación de que todos te quieren ayudar.
9. Nakhes (idioma yidis) el orgullo que sienten los padres por cualquier pequeño logro de sus hijos.
10. Oime (origen japonés) la intensa incomodidad de estar en deuda con alguien.
11. Viraha (origen hindi) el descubrimiento del amor a través de la separación.
12. Ilinx (palabra francesa) el impulso cuando tenemos algo frágil entre las manos y deseamos romperlo tirándolo al suelo.
13. Malu (se utiliza en indonesia)sentirse inferior a los demás.
14. Torschlusspanik (palabra alemana) la sensación de que el tiempo pasa muy deprisa.
15. Schadenfreude (palabra alemana) sentir regocijo frente a la desgracia de otra persona.
El término “inteligencia emocional” que en la actualidad suena en todos sitios, hace unos años hubiese sido un término incomprensible.
La inteligencia emocional entendida como la capacidad de reconocer, describir y nombrar nuestras emociones y las de los demás actuando de acorde a ellas.
Sin embargo, como bien refleja Tiffany Watt en su libro, hay emociones que todavía hoy no sabemos siquiera cómo nombrar.
Esto las vuelve borrosas, ambiguas, misteriosas e inmanejables.
