¿A qué edad se inicia con el consumo de pornografía?
Cada vez el consumo pornografía empieza a edades más tempranas.
El acceso a este tipo de contenidos se ha anticipado a edades tan tempranas como los 8 años ( según una Investigación de la Universitat de les Illes Balears y la red Jóvenes e Inclusión en Madrid).
A estas edades sus comportamientos, actitudes sexuales y emocionales todavía se están formando, aún no tienen un claro mapa de sexualidad.
Son niños que acceden cuando aún están aprendiendo. Sus cerebros son todavía plásticos y maleables.
¿Por qué hace daño?
Algunas zonas cerebrales se ven afectadas con el consumo exagerado de contenido erótico (Investigación del Centro de Psicología del Ciclo Vital de Berlín).
En esta investigación se analizaron varias tomografías. Éstas fueron captadas mientras los sujetos visionaban, por un lado contenido pornográfico y por otro lado, otros materiales no relacionados con la pornografía.
El estudio concluyó que cuantas más películas eróticas consumían más daño se producía en sus conexiones neuronales.
A este fenómeno, los investigadores lo denominaron el “Porn Brain” (cerebro pornográfico) concluyendo que:
Fenómeno Porn Brain
- Hay una importante relación entre consumo de contenido pornográfico durante varias horas a la semana y el volumen de materia gris en el núcleo caudado y la actividad de la corteza cerebral.
- El núcleo estriado reduce su tamaño en los sujetos que pasan más horas viendo porno.
Aunque no toda la comunidad científica da por definitivas estas conclusiones. Hay científicos que consideran que se debería aumentar la muestra de personas investigadas para confirmar dicha tesis.
Del mismo modo, diversos investigadores también cuestionan si el porno es el que produce estas alteraciones, o si por el contrario, son las personas que presentan estas características cerebrales las que son más predispuestas y tienen una mayor propensión al consumo del porno.
No obstante, lo que si que parece probado es que consumir esta clase de contenidos pornográficos produce “pasividad”.
Consumo pornográfico y drogas
Las personas que consumen mucho contenido erótico reaccionan de la misma manera que aquellas que son adictas a las drogas (según un estudio de la Universidad de Cambridge).
El consumidor de pornografía requerirá cada vez una dosis mayor para satisfacer sus deseos de placer. A estos sujetos, les resultará cada vez más difícil alcanzar el mismo nivel de satisfacción, por lo que aumentarán el consumo de material pornográfico.
Además, con el paso del tiempo estos consumidores tienden a «normalizar» actos sexuales. Por este motivo, cada vez los considerará cada más comunes y sin relevancia, y por esta razón aumentarán no sólo sus dosis, también el tipo de contenido.
Esto se explica porque el cerebro libera a altos niveles dopamina. Este neurotransmisor es el responsable de que sintamos sensaciones placenteras. Visionar pornografía provoca una descarga excesiva de dopamina y éste exceso genera la constante necesidad de sentir cada vez más estimulación.
Cuanta más pornografía se consume más se reduce la actividad del centro de recompensa y más dopamina necesita generar el cerebro para sentir más placer.
A todo esto no hay que olvidar que estos jóvenes están recibiendo educación sexual a través de la pornografía. Por tanto, hay una distorsión de su percepción sobre la sexualidad.
Con gran seguridad, en el futuro, padecerán de problemas sexuales y tendrá serias dificultades al relacionarse sexualmente con «parejas reales en la vida real».
Habrán desarrollado una imagen de la sexualidad con tan grandes expectativas que podrían acabar fracasando en sus relaciones.
Y es que, hay demasiados «ideales» en estas películas.
Los actores y actrices son siempre espectaculares. Están dotados de penes y pechos ser enormes, les falta vello. En las películas los actores no «aparentan» estar estresados. Todo les sale estupenda y mágicamente bien.
¡Las relaciones sexuales duran y duran!
La pizarra de Atrevida:
