El COVID-19 y las emociones
En estos difíciles momentos estamos viviendo multitud de emociones que nos abruman, algunas de ellas pueden ser:
a) Miedo
b) Rabia
c) Culpa
c) Ansiedad
d) Tristeza
e) Inseguridad
No tengas vergüenza o culpa por sentirlas. No hay emociones buenas o malas, todas ellas son necesarias para nuestra supervivencia. Recuerda que lo que sientes es producto de las circunstancias que estamos viviendo.
Ten en cuenta que las emociones pueden cambiar en el transcurso de los días, de las semanas y meses. Durante este periodo tus emociones podrán ser más o menos fuertes según las circunstancias.
Gracias al miedo nos protegemos, tomamos precauciones y adoptamos medidas de seguridad adecuadas (lavarnos las manos, usar guantes, si tenemos mascarillas usarlas, estar en casa…). Es normal sentir miedo, miedo de ser contagiados, miedo de que se contagien nuestros familiares, miedo por la incertidumbre ¿Qué va a pasar? ¿Cuánto durará todo esto? Es humano y lícito. Pero no nos dejemos paralizar por el miedo. Si aceptamos y normalizamos esta emoción no nos paralizará.
La rabia es la emoción que utilizamos para “defendernos”. Nos desgasta y nos consume muchísima energía. Respira profundamente y habla con alguien si lo necesitas. El COVID-19 ha bloqueado de golpe nuestro quehacer diario, algunas personas han perdido el empleo, nos impide que podamos estar cerca de las personas que queremos como nuestros mayores y enfermos para no contagiarlos.
La culpa, el sentimiento de responsabilidad por un daño causado o no evitado. Viene acompañado de autorreproches hacia nosotros mismos. Quizás nos sintamos culpables por no ir a visitar a nuestros mayores o enfermos. No habernos despedido como quisiéramos de nuestro familiar fallecido. Respira. Solamente deberíamos sentirnos culpables si hemos causado un daño voluntariamente.
La ansiedad seguramente esta es una emoción que durante este periodo hemos sentido ya muchas personas. Sentirte de esta manera no es un reflejo de ser una persona débil. Es absolutamente normal esa sensación de peligro inminente o pánico. También la dificultad de prestar atención a otras cuestiones. No obstante, controla tu nivel de ansiedad y cómo estás de humor. Haz pausas, habla con alguien.
La tristeza suele aparecer después de una experiencia en la que previamente se ha generado un gran miedo. Sentir ganas de llorar, impotencia, frustración, melancolía, desaliento. El aumento de las cifras de contagios y fallecidos aumenta nuestra tristeza.
Sé consciente de tu nivel de estrés. Mídelo. La situación más estresante será un 10, la situación menos estresante será un 0. Introduce estos dos puntos para descubrir tu nivel.

También es normal tener un sentimiento de inseguridad. Recibimos información de que los recursos sanitarios que tenemos a disposición quizás no son suficientes para hacer frente a la situación. A pesar de todo, mantén la calma.
No te sientas culpable y no te asustes por sentir cada una de estas emociones. Hemos de aprender a reconocer cada una de estas emociones para poder enfrentarlas y afrontarlas de la mejor manera.
Es conveniente afrontar la situación desde una mentalidad positiva, a pesar de las duras circunstancias que estamos viviendo. Haz una lista con las habilidades o fortalezas con las que cuentas y que te han ayudado en otras ocasiones delicadas.
Son momentos complicados y de mucha tensión para todos. Hay cosas que en estos momentos no podemos cambiar, pero no debemos caer en la desesperación. Haz lo que puedas. Presta atención a lo que sí que puedes hacer.
Píldoras emocionales
Presta atención a lo que sí que puedes hacer.
- Vence tus miedos con datos realistas y evita la sobreexposición informativa al COVID-19 (infórmate siempre de fuentes oficiales).
- No trates de negar o retener pensamientos negativos. Te será mucho más útil reconocerlos y aceptarlos para poder elaborarlos y gestionarlos.
- Comparte tus emociones y pensamientos. Habla con alguien si lo necesitas, te ayudará para encontrar apoyo y quizás cambiar de perspectiva. Es posible que esta persona esté viviendo una situación parecida a la tuya por lo que os seréis de mutua ayuda.
- Intenta hacer una lista de cosas que desearías hacer a lo largo del día y trata de mantenerlas. Define una rutina diaria. Establecer horarios fijos te ayudará a lograr un equilibrio emocional. Mantén tu cuerpo y tu mente activa. Organiza tu vida.
- Reserva momentos para practicar actividad física a lo largo del día, aunque estés en casa.
- Añade momentos de placer a la rutina, por ejemplo: jugar a juegos de mesa, leer, ver películas, etcétera.
- Vigila tu alimentación.
- Cuida tu higiene. Arréglate. No te pases el día con pijama es necesario que te vistas, aunque sea con ropa cómoda, pero evita pasarte el día con pijama.
- Vigila tus horas de sueño intenta que sean lo más parecidas posibles s las que tenías antes de la llegada del COVID-19.
- Si es posible busca un sitio tranquilo en casa donde puedas retirarte. Reserva tiempo para aplicar técnicas de relajación y meditación (escucha vídeos o música relajante). Es importante que te centres en el aquí y ahora.
- Realiza actividades manuales, te relajarán. Trata de distraerte.
- Trata de hablar de otros temas, evita hablar permanentemente del COVID-19.
- Mantente en contacto con amigos y familiares, a través del teléfono o videollamadas. Esto te hará sentirte en compañía y te mantendrá más en contacto con la realidad.
- A pesar de todo sigue riendo. Es importante seguir manteniendo nuestro sentido del humor tratando de no ofender a terceras personas que pueden estar viviendo una situación extremadamente grave.
- Es importante que nos mantengamos tranquilos y positivos. Que estemos abiertos a colaborar y ayudar a quienes tengamos cerca. No permitas que los comportamientos compulsivos te desborden. No dudes en solicitar ayuda psicológica si ves que a pesar de todos tus esfuerzos la situación te desborda por momentos. La tecnología permite que los psicólogos podamos hacer terapias online con la misma eficacia que las terapias presenciales.
No cabe la menor duda de que esta situación ha alterado nuestro día a día, de forma repentina nos hemos tenido que ir adaptando a una nueva situación. Esto también ha supuesto una fuerte fuente de estrés para todos, un gran esfuerzo de nuestra parte, las continuas restricciones, las medidas que han ido cambiando y finalmente el confinamiento domiciliario.
A lo largo de tu vida seguramente has debido superar diferentes obstáculos y pruebas. Las situaciones de crisis nos meten a prueba. A pesar de todo, toma este punto como una oportunidad para conocerte mejor, crecer como persona y dar lo mejor de ti a toda la sociedad.
Superar esta situación va a depender mucho de cómo nos comportemos tanto a nivel individual como en grupo (sociedad).
Todo pasa y esto también pasará, como ha ocurrido en otros momentos difíciles a lo largo de nuestra vida e historia y de la que hemos salido mucho más fuertes y reforzados.
Cada día que pasa estamos más cerca de la salida del túnel.

